jueves, 21 de agosto de 2008

Monólogo final


"Algún día se sabrá
las profecías me asquean
y no puedo decir más... "
(Enrique Lihn)

Mi nombre es Lucimiro Septimio del Canto Montt. Tengo toos estos años en el cuerpo –con las manos, el marginal protagonista de esta obra, hace un gesto que indica 358, y con la boca una mueca de fastidio ante el Monólogo Final–. Sí, 358 años vividos de cabo a rabo. Pero llámenme Septimio no más, todos lo hacen, bueno, lo hacían...

Nací en Santiago, en el hoyo mismo de los pacos, al final esto les caía como patá en los cocos, y yo se los gritaba siempre de puro choro pulento no más que era...

El Viejo era medio artista, pero harto alcohólico que salió el hombrecito ése. De tanto ponerle, la Pelá lo pilló con el litro en la jarra. Después de too, era bien flojo el Viejo, cachó que los años se le venían encima y que 8 críos eran demasiao pa él, así que se echó al pollo, y a mí, que me registren... ¡Total!

Ni cuenta nos dimos de su muerte... bueno, nosotros, porque la Vieja harto que lo lloró, pero igual que terminó acostumbrándose a la idea, quemó los pañuelos, y tiró parriba con too y carga, levantó la cabeza y ni una sola gota más salió de sus ojos... bien lindos que eran sus ojitos... "De niña hecha hembra a la juerza", como decía el Taita... a la fuerza.

Pegamos pal sur y salimos a flote. La Vieja cosía, tejía, lavaba y otros aba afines a la domesticidad del hogar. Claro que igual leía de repente, veía una buena película o salía a tomarse un matecito a la esquina...

Los chiquillos se fueron de a uno. Al final quedamos cuatro, la Flaca, el Chico, el Pelao y yo.

Ella se casó temprano, tuvo un hijo, se separó, se puso a estudiar, sacó un cartón y se viró. ¿Paónde? Nadie sabe. Por lo menos pa Caracas no se fue, tengo un amigo de allá que dice que ahí no está. Debe ser, pal caso da idem... Bien al revés que era la Flaca, salió medio contreras pa sus hueás, mire que ponerse a estudiar después de parir un crío...

El Chico, ése salió bien duro, pero como too buen roble, se terminó quebrando. Ahora anda embarcao, es pescador, pero con Título Profesional, no como yo que soy de los artesa, con bote a remo y casa e naylon en la playa. En veces nos veímos y nos fumamos un cuete, él dice que se los traen de Los Andes, ¡yo le digo que si no más! y me pongo a dormir mejor...

Al Pelao, a ése yo lo quería reharto. Le decíamos Pelao de puro gusto porque tenía más pelo que el pelo mismo. Siempre decía "tengo la pura partía del caballo inglés". Al último se lo terminó creyendo, too lo empezaba bien pero de finales no vio niuno. Ni uno. Estudió pa profe, estaba casi listo cuando le salió un pituto pa irse pa México a estudiar Antropofagia o Antropología, nunca supe muy bien a cuál desas dos carreras se iba. Armó su mochila y partió. Acá dejó a su loca más enamorá que la cresta. Igual no más que se fue. Pero tampoco sacó su título: ¡de puro poco hombre no más le pasó!

Ahora está en España, tiene un localcito de diarios y revistas raras en Sevilla a medias con su loca. Eso fue lo único que supo hacer, convencer a la loca pa que lo perdonara. "No te quiero ver más ni en sueños", le decía ella. Al final igual que se la llevó pallá en un sueño bien movío...

Pero estamos peliaos, porque no hizo na pa llevarse a la Vieja con él. Ella se sacó la mierda payudarlo a él, bueno a toos, pero casi ni le escribe. Ella puro habla de él, y él, ¡las pinzas!

La Vieja está conmigo, le ayuda a la Negra en la crianza de los chiquillos. Son tres no más, dos mujercitas y el Pitufo... los tiempos no dan patener de a ocho, como antes, pero igual que nos arreglamos... Entre ambas hacen unos porotos con riendas que son de triler, el Pitufo se los hace huincha...

Bueno, yo fui bien rebelde pamis cosas cuando broca. Salí de octavo con abogao y con la Negra preñá de dos meses. ¡Nos casaron! Un día, en segundo medio, nunca más me aparecí por el liceo, estaba amenazao con una paliza por mis compañeros. Bien que me la merecía, les había rajao con un vidrio los vestones a toos por miraores en menos no más que eran... De ahí al trabajo. Me dije "las tres cuartas partes del planeta son agua, allí está el futuro". Pallá me tiré. Siglos remando, tirando lienza y sacando lo que venga, hasta que me morí, como dicen ustedes, pero yo no les creo, así que más mejor es que me suelten, miren que la Negra se pone de malas cuando no llego pal desayuno, dice que ando pitiando con el Chico, y eso no le gusta naíta... ¡Así que muéstrenme la puerta que me voy!

Soy una mierda –concluye Septimio resignado su autorelato– pero una mierda en buena –agrega, casi sin oirse y con los ojos humedecidos por las lágrimas que nunca antes había derramado...


[Relato premiado en 1991 con el Tercer Lugar del Concurso de Cuentos de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral de Chile, Valdivia. Seleccionado en 2004 para su lectura por Marco Antonio de la Parra, en el Programa Puro Cuento, de Radio Duna]

4 comentarios:

Lucía dijo...

Hola, en julio me preguntaste porqué había escrito ese cuento sobre el Divino Anticristo, recién vi tu comentario!! )=
bueno, te explico:
Era un encargo para un diplomado de arquitectura, arte y ciudad, donde nos pedían escoger un personaje urbano y crear una ficción a partir del recorrido de éste.
Escogí al Divino Anticristo, pero mas que basarme en su recorrido geografíco, me base en lo poco que conversé con él y en sus textos.
(= Saludos

Leonardo Piña Cabrera dijo...

gracias por tu respuesta...
dejé otra en tu blog.
saludos!

Lucía dijo...

Blogger Lucía dijo...

nooo, no se quien es )=

pero pregúntaselo en un post !!!

mm no tengo mas de él, claro, tengo un par de textos q los vende a quina y unas cuantas fotos tb pero nada mas )=

Leonardo Piña Cabrera dijo...

textos de él tengo varios. pero siempre terminan siendo pocos... por eso me interesa conseguir otros, también de quienes escriben sobre él...

gracias por tu respuesta. le escribiré...